La industria camaronera está emergiendo en las proximidades del Lago de Maracaibo, la como un motor de crecimiento para la economía del país. A pesar de la degradación ambiental causada por la explotación petrolera, la región ha encontrado un nuevo auge en la producción de camarones, convirtiéndose en el origen del 80% de las exportaciones de camarones de Venezuela.
La industria pesquera, en particular la camaronera, se ha mantenido resiliente desde el 2013. La pesca ha experimentado un crecimiento del 17% en valor en 2021 y un impresionante 219% desde 2016.
Esto representa el 62% de las exportaciones agroalimentarias del país y contribuyendo con US$422 millones a la economía en 2022, el sector se ha convertido en el segundo rubro de exportación después del petróleo, según reseña una investigación de la BBC.
Impulsada por tecnología moderna, productividad y el apoyo del gobierno para la exportación, la industria camaronera tiene proyecciones ambiciosas.
Se espera que la producción supere las 80.000 toneladas este año, y para 2029, aspira a exportar 600.000 toneladas, lo que posicionaría a Venezuela entre los principales exportadores de camarones a nivel mundial. Sin embargo, aún enfrenta desafíos como la escasez de gasolina y los cortes de electricidad que pueden afectar la producción.
A pesar de los obstáculos, los productores están entusiasmados con el potencial de crecimiento y la transformación económica que representa la industria camaronera en el Lago de Maracaibo. Con una mirada hacia el futuro, algunos ya tienen proyectos adicionales, como la creación de una importante industria cocotera en el país, aprovechando la costa venezolana y su potencial en múltiples áreas.
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